DE LAS DUDAS CARTESIANAS, QUE SON NUESTRAS DUDAS... (Continuación)


Pero, ¿dónde hay que buscar el conocimiento o la verdad? Descartes deja claro los motivos para dudar de los conocimientos que hemos heredado. Sólo queda buscar la verdad en aquellos conocimientos que nosotros mismos construimos.
Podría parecer que Descartes en una actitud de soberbia, de menosprecio de todo aquello que no haya visto o creado uno, pero pronto nos hace caer en la cuenta de que no podemos fiarnos tan a la ligera de nosotros mismos. Podemos decir es "un filósofo de la metódica sospecha", parafraseando a Paul Ricoeur.
La historia de la peregrinación hacia el conocimiento estaba creando la expectación esperada. Los alumnos estaban siguiendo los metódicos pasos y nada más hacían que asentir con sus cabezas.
Y continuamos por la senda de sus siguientes pasos. Los sentidos no pueden generar en nosotros verdaderos conocimientos cuando muchas veces nos sorprenden las ilusiones que provocan en nosotros, o comprobando que muchos de sus datos no se corresponden con la realidad. Además también tenemos alucinaciones, y la mejor muestra son nuestros sueños.
Pero lo que dejó más perplejos a los alumnos fue la hipótesis del genio maligno. ¿Y si nuestra mente se confunde hasta el su uso lógico, matemático, deductivo?, ¿y si nuestra mente procesa mal?, ¿y si, como decía Hilary Putnam al tratar sobre el problema del idealismo subjetivo,  somos cerebros en una cubeta? ¿y si nuestro mundo es una alucinación individual o colectiva?
Pero la primera verdad hace su aparición en este momento, "Pienso, luego existo". Todo puede ser una alucinación, pero yo tengo una alucinación. Pueden ser gigantes o molinos, pero se puede arremeter contra ambos aunque las consecuencias sean diferentes, la gloria del caballero o el hazmerreír de cualquier aldeano manchego.
Y llegados a este punto, los alumnos eran conscientes de que estábamos en un callejón sin salida, la duda metódica conduce al nihilismo, pues el solipsismo en que nos dejaba esa primera verdad fue visto como la nada. No habíamos avanzado, estábamos en el punto de partida, pero según Descartes sólo si permanecemos firmes en nuestras convicciones, solo si somos metódicos en nuestras decisiones podremos salir del bosque en el que estamos perdidos para en definitiva ver el bosque desde fuera. No se trata de que los árboles no nos dejen ver el bosque, como decía Ortega y Gasset, sino de salir de entre los árboles para sentirnos menos perdidos. Bosque hay siempre, la cuestión es no perderse en él.
Y todavía nos quedaba más camino...

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