DE LAS PANDEMIAS HUMANAS QUE NO SON MÁS QUE POR LAS PREGUNTAS POR EL SENTIDO
Parece que nuestras preocupaciones y nuestros problemas se han desvanecido. Todos ellos han perdido su sentido. Que aquellas preguntas nacidas de la ociosidad, y que forman parte del ámbito de la inutilidad, tienen menos sentido aún en momentos de pandemias acuciantes. Los problemas y preocupaciones son otros, nos mantienen alerta y entramos en momentos de ansiedad en los que los comportamientos de los humanos son o de risas nerviosas o las provocan. Después vendrá la calma nacida de la monotonía, de los hábitos, de la nueva costumbre, y el arribo de la nostalgia o el anhelo de salir de ella, porque estaremos pensando en la Edad Dorada que nunca fue tal, pues cuando nos encontrábamos en ella no éramos capaces nada más que pensar en aquellos problemas o preocupaciones. Ahora los deseamos, por aquel prejuicio de que todo pasado fue mejor, pero éste no es más que una ilusión o un espejismo del que la gran mayoría no nos damos cuenta. Y es que no hay más problemas y preocupaciones que