PUNCTUM FILOSÓFICO

Evaluar por competencias no es más que evaluar el grado de conciencia que los alumnos tienen de su valor. Evaluar por competencias es evaluar el nivel de inteligencia emocional que tiene cada alumno. El proceso educativo dura toda la vida. Aprendemos toda la vida. Traicionar esta realidad es traicionar al ser humano es, a lo que somos. Platón en su Politeia   decía que el educador no da la vista al ojo, sino que debe hacer que el ojo mire en la dirección adecuada. Si tomamos como premisa esta afirmación, el educador no transmite la competencia o las competencias a los alumnos, sino que ayuda a estos a que las descubran y sean conscientes de su alcance. Todo conocimiento, todo contenido, todo procedimiento, toda actividad, toda tarea, toda interacción entre los alumnos y entre ellos y el profesor, debe conducir al autodescubrimiento, a la autoconciencia de las potencialidades de cada uno. Los alumnos tienen todo, sólo tienen que descubrirlo. La mayor satisfacción que pueda tene

Si dijera lo que pienso ... Si dijera lo que siento ... Se desvanecería todo mi alrededor como por una gran explosión. Me quedaría vacío. Con instantánea fusión me derretiría y derramaría  en cascada de golpeteo atronador. Silencio ensordecedor,  mental temblor como al sentir la mano en mi hombro, una eterna levitante sensación, extática universal enajenación, vida que como nunca vivió. Friedrich Nietzsche mantenía que su filosofía era dinamita; defendía una filosofía a martillazos. Pero la filosofía nihilista cobra sentido con la posterior creación, con la construcción de sentidos efímeros que no se destruyen entre si porque no pretenden uniformizar a los seres humanos. El "más allá del hombre" y su prístina voluntad de poder, no pueden devenir o pretender caer en una voluntad de verdad. Ese fue el gran error de la humanidad [Occidental]. El que no es capaz de escuchar las palabras libres, aquel que no es capaz de escuch

Para  Gottfried Wilhelm  Leibniz todo está lleno de mónadas, puntos inextensos, cerradas en sí mismas, sin comunicación con las demás y armonía perfecta con ellas. Toda mónada contiene en sí misma el universo. Hay algunas que son conscientes del universo, son autoconscientes. Sólo éstas últimas son capaces de ver el rico universo de otras mónadas y verse a sí mismas como universo. Sólo éstas se ven en otras. Sólo éstas sienten a otras. Sólo éstas son capaces de ser punzadas por otras y verse a sí mismas en ellas. Las fotografías que punzan, haciendo uso de la palabra de Roland Barthes, son una mónada, todo un universo. Sólo es capaz de advertir su belleza aquella mónada que siendo autoconsciente es capaz de apreciarla abriéndose ante ella un espacio sideral. Cada mónada, cada fotografía punzante, cualquier belleza, muestra el universo desde un punto de vista. Sólo esa mónada autoconsciente es la afortunada de advertir esa belleza inadvertida por los demás, solo a ella le ll

No era mía, era suya. No eres mía, eres tuya. Yo fui suyo. Yo soy tuyo. Yo soy vuestro. No fui mío, no soy mio. ¿Todo es nuestro?, ¿o nada es nuestro? Cuando Jean Buridán, discípulo de Guillermo de Ockham (el Guillermo de Baskerville de El nombre de la rosa de Umberto Eco) nos hablaba del libre albedrío basándose en que la racionalidad humana es la herramienta que debemos utilizar para tomar nuestras decisiones, fue satirizado con la paradoja del famoso burro que moría de inanición por estar a medio camino de dos montones de heno. Dicha sátira no tiene sentido si entendemos que una acción depende de una motivación natural. La misma será resuelta siempre en todo caso. La indecisión no nace de la motivación si no de las consecuencias inmediatas que pueda traer lo que se quiere conseguir. Hay una expresión de la Psicología del aprendizaje que explica cuando un burro podría morir de inanición. Dicha expresión y situación es la de la indefensión aprendida. Solame